La iglesia
desempeñó un papel importante en Europa continental. Francia contaba con unos
135.000 eclesiásticos, con sus asambleas generales, sus tribunales y sus
oficios propios. Por su intervención en los asuntos parroquiales y en la instrucción
pública, el clero ejercía una función civil decisiva, acorde no solo con el
papel de la religión sino de su propio peso económico.
Los miembros
de la nobleza- unos 4000- además de sus fortunas personales en propiedades y
rentas, gozaban de derechos señoriales y honoríficos, exenciones fiscales,
prerrogativas (privilegios) judiciales y pensiones reales. Su podes se acrecentó al vincularse con la
alta burguesía financiera.
El
campesinado y la clase obrera europea vieron empeorar su situación económica con
el afianzamiento de las estructuras sociales del Antiguo Régimen y el
desarrollo del capitalismo industrial. En Europa oriental, la situación del campesinado
era misérrima. En Rusia, en el transcurso del SXVIII, Catalina II concedió a
los propietarios de tierras el derecho de enviar a sus siervos a trabajar
forzados. Esta súper-explotación del campesinado generó grandes levantamientos,
como el encabezado por Pugachev, en 1773, que fueron reprimidos con extrema
crueldad.
Tampoco en
otros estados la situación del campesinado era mucho mejor. En Inglaterra, los
pequeños propietarios tendieron a desaparecer al mediar el siglo. En su mayoría
se integraron a la burguesía o al proletariado urbano.
En la escala
social interna de la clase obrera, los peor situados eran los aprendices, que
eran jóvenes de todas las edades (incluso niños de siete años), sometidos al régimen
despótico de los capataces y a condiciones de grave hacinamiento. En 1802
surgió la primera ley en defensa de los obreros, el Acta para la salud y la
moral de los aprendices, propuesta por el ministro Robert Peel.
Despótico:
de despotismo: abuso del poder, la superioridad o la fuerza en el trato con otras personas